miércoles, 20 de enero de 2010

Botas en Plomo


Se suspenden los vuelos; cualquier viaje espacial. Se prohíbe algún embarque en el mar y ni siquiera poder saltar. En las vísperas de la noche sucedió el percance que interrumpió hasta la vida más cotidiana. La emergencia que se hizo saber no es para menos: cerca del horizonte un pescador en pleno temblor de su lancha vislumbro una parvada de pelicanos caer, súbito. “¿un temblor en el mar?” pensó Tito. Su lancha se ahogo, a su suerte él no se hundió: sus pulmones entrenados.
En tierra firme ni temblor que estremeciera, con el solo inconveniente que todo se hacía lento: pesaba el cuerpo, miles de aves por los suelos, la fonética en tonos graves. En noche la neblina caía a los pies. En suma, Eolio desamparo al hombre, al mundo. Eolio dejo de soplar.
Científicos en su afán de explicar con su método el evento, se aferraron y quebrantaron los medios, dijeron la causa a cuestas de extrañeza: “es un cambio en la atmosfera, estamos seguros que es por la ausencia de co2, según los últimos resultados“. Las religiones y su enjundia de por fin ver algo extraordinario, miles de historias vagaban. Nuevos ídolos, nuevas creencias. Nuevos juegos infantiles que desafían la altísima gravedad. La humanidad con botas de plomo. Del amor se puede decir que es el único sobreviviente a la causalidad: los que saben amar todavía saben volar. Quién extraña a Eolio miente, no lo extraña a él, extraña sus viejísimas costumbres que le mantenían el cuerpo en costras, olvidando su silueta entrañable. Solo aquel percance hacia recordar al hombre que pertenecía a lo infinito, al mundo.

viernes, 15 de enero de 2010

Recuerdos de Crisjhe


Una memoria vale la pena para cuando el silencio reine,
Un reinado la vale cuando hay silencio en vez de ensordecedoras protestas.
Y viviendo mi reinado vale más que las replicas de mi silencio…
Demasiado material escasea para esta noche reabrir la monótona
Fabrica de los recuerdos. Simple y vago acorde entrar en sueño, pensamiento de pensamiento
Porque allí está reverberando la analogía para la vacuidad de la memoria.